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Los dos campos que afectan a nuestra salud en los que podemos incidir directamente son los hábitos dietéticos y el ejercicio físico.

El ejercicio físico tiene una gran importancia no sólo en la pérdida de peso. Una vida activa predispone a un mejor estado de ánimo, incrementa la capacidad para el trabajo físico y mental, mejora la capacidad para conciliar el sueño, disminuye la presión arterial elevada, favorece un nivel adecuado de azúcar en sangre; entre otras ventajas.

Se debe incorporar la actividad física de forma cotidiana de una manera atrayente para cada persona, de forma que se pueda mantener en el tiempo sin que suponga un sacrificio. Para iniciarse en la materia, puede ser de gran ayuda contar con la ayuda de profesionales que entiendan nuestras necesidades y nos guíen para conseguir nuestros objetivos.